Dioses Muertos

Remos al viento golpeando el mar
abriendo llagas, llorando, gimiendo,
y el canto de Maricoy José,
rompiendo el silencio de amaneceres
y esa ansia de besar las orillas
y allí escuchar ese poema
que nace bajo la Cruz del Sur
titilando heridas, nacimientos, playas,
en la salvaje soledad
de esta ternura abismal,
siento el límite de tu fuego.

Mi cuerpo, tu cuerpo
separados del alma
lejos y cerca a la vez,
eres paisaje extraño en mi carne,
y en las sombras de tu espejo
me quedé.

Sombras, espejos, vacíos,
luces húmedas, noches largas,
fantasmas dr colores,
ausencias y pretextos.

Hoy refugiado en la cumbre de Morro Lobo,
al calor de dioses muertos,
ciegos, cojos, mudos, tuertos,
no escuchan mi clemencia,
catarata de agua clara,
serás siempre mi dolencia.

Hoy escribo en playa blanca,
en esta playa vacía,
a la espera de otro día
para mirar la pincoya,
el Caleuche, el Trauco blanco,
pero olvidarte es girar, girar,
dar vueltas por el Golfo
bajo lluvias de la costa,
olvidarte es gritar
mi extrañable criatura.

Quizás esta tarde el curanto,
el vino tinto "rociado"
apague tu recuerdo,
mi locura por tus besos,
es por eso me levanto,
zarpando Halcón, bote viejo
proa al norte, maldiciendo
a los dioses muertos.

Y en la brisa escribo
en el papel mojado
esta frase:
Locos, locos
en el mundo de los llamados cuerdos
y hoy te olvido
frente a tus dioses muertos
hoy te olvido
te lo juro
frente a los dioses muertos.